Sobre todo al principio es difícil para la madre determinar cuánto tiempo tiene que el bebé permanecer succionando en cada pecho. Teóricamente, la mamada debería continuar mientras el bebé despierte interés, aunque de todas formas, existen diferentes factores a tener en cuenta:
Si el bebé sigue succionando una vez que los pechos se han vaciado, esto puede deberse a que simplemente disfruta de esta sensación. Si esto ocurre solo por unos minutos, esto no debe ser motivo de preocupación. Pero si esta “succión consuelo” se prolonga, el pezón podría resultar lastimado comprometiendo el futuro de la lactancia.
Al terminar de mamar de un pecho, el bebé debería ser apartado suavemente del pezón y se colocado junto al otro pecho, aunque es posible que ya no mame tanto del segundo. Por ellos se aconseje que cada vez que empieza una toma, se comience por un pecho distinto, un alfiler en el corpiño puede ser una buen ayuda memoria, aunque probablemente la sensibilidad de la madre notará con bastante certeza que una mama está más cargada de leche que la otra.