Si la alimentación a pecho se realiza de manera relajada resulta notablemente placentera para la mamá y el bebé. El vínculo creado entre ambos es único e inolvidable. El bebé debe poder sentir a su madre, ver sus ojos, su sonrisa, su voz, su piel.
La posición es importante también en tanto asegura la comodidad de la madre y del bebé.
El bebé puede ser estimulado acariciándose suavemente su mejilla con un dedo o con el mismo pezón. El bebé moverá la cara inmediatamente hacia el pecho y abrirá la boca buscando el pezón.
Cuando el bebé se a agarrado correctamente del pecho, este tiene todo el pezón y parte de la aréola dentro de su boca. De lo contrario, podría lastimarse el pezón. La leche sale gracias a la combinación del movimiento producido por la succión y la presión de la lengua contra el paladar óseo.
Para interrumpir la succión, deberá deslizarse el dedo meñique en la comisura de los labios del bebé. El pecho se soltará delicadamente sin estirarse.