La ictericia no es una enfermedad y en la mayoría de los casos que se presenta en los recién nacidos no resulta peligrosa.
Es probable que aparezca ictericia cuando el bebé tiene aproximadamente unos tres días de edad. Este trastorno es provocado por la descomposición de los glóbulos rojos poco después del nacimiento. Esta descomposición crea un exceso en la sangre de un pigmento llamado bilirrubina, lo que da un matiz amarillento a la piel del bebé.
El recién nacido no puede excretar la bilirrubina con la rapidez suficiente para que evitar que se produzca la ictericia, por la propia inmadurez del hígado, situación que cambia a la semana del nacimiento. El tratamiento para la ictericia suele reducirse a la exposición bajo una luz ultravioleta durante unas 12 horas, aunque el trastorno debería resolverse aún sin este recurso.
En el caso en que exista alguna incompatibilidad entre el grupo sanguíneo de la madre y el del bebé (por lo general una madre RH negativo con un bebé RH positivo) puede aparecer una forma de ictericia más seria que requiere un tratamiento antes de que pasen los primeros días.
Generalmente, cuando existe esta incompatibilidad, se han tomado las medidas preventivas necesarias.
La hepatitis, la atresia biliar (raro trastorno en el que no existe un desarrollo adecuado del trastorno biliar) pueden ser también causas de ictericia aunque por cierto, son poco frecuentes en el recién nacido.