El peso de bebé difiere de un recién nacido a otro. La nutrición, la placenta y la herencia guardan relación entre sí. La escala de peso para los bebés nacidos a término abarca una franja que va de los 2,4 kg a los 4,8 kg. Pero si la madre es de una contextura grande o es diabética, es posible que el bebé tenga un peso mayor. De manera contraria, aquellas mujeres que sufren de hipertensión crónica, enfermedades vasculares o renales, preeclampsia o que hayan sido fumadoras, tendrán bebés más delgados.
Las niñas en genral tiene menos peso que los varones, y los gemelos, suelen pesar menos que los unigénitos.
Es normal que el bebé pierda peso durante los primeros días posteriores al nacimiento, ya que su cuerpo se adapta a los nuevos requerimientos alimentarios. Ahora deberá procesar sus propios alimentos y necesitaría algún tiempo para hacerlo adecuadamente. La pérdida de peso habitual en esos primeros días es entre 115 y 170 gramos. Al cabo de cinco o siete días, es esperable que el peso del bebé haya aumentado singificativamente, lo cual dará cuenta de su buena salud.
Un aumento de peso regular demuestra que la ingesta de alimentos es suficiente y que esta es absorbida con normalidad por el organismo. Pero si el aumento fuera pobre o demasiado fluctuante, podría ser indicador de algún problema de alimentación. Es tarea de pediatra controlar el peso del bebe y analizar su evolución.