Llevar al recién nacido en un portabebés (o “mochilita”) puede ser muy confortable. El pequeño, acurrucado contra el pecho del adulto se siente cómodo y protegido.
Si el portabebés es de tela lavable, éste podrá ser lavado con facilidad. Hay que tener en cuenta que el portabebés se ensuciará con frecuencia.
El portabebés debe ser fácil de poner para aquellos que vayan a utilizarlo. Es aconsejable probarlo sobre todo si no conoce el modelo. Las tiras anchas son por lo general, más cómodas.
El portabebés debería sostener el cuello y la cabeza del bebé hasta que este pueda controlar completamente la cabeza (al rededor de los tres meses).