Cuando un bebé juega, está aprendiendo. El juego es necesario para desarrollar plenamente sus sentidos: la vista, el oído, el tacto y el gusto. Los juguetes didácticos son un buen recurso para proporcionarle al bebé todos los estímulos sensoriales que su crecimiento demanda.
La boca del bebé es un importante órgano sensorial y claramente lo usa para explorar su entorno, buscará elementos intersanes para investigar y propocionarle juguetes adecuados supone buscar elementos que ofrezcan estímulo y seguridad simultáneamente.
El color es un estímulo importante, lo brillante y estridente, los colores primarios serán particularmente interesante para el bebé.
Los juguetes con sonidos, cajas de música, objetos de percusión, sonajeros, conforman también un repertorio muy estimulante para el bebé. Los juguetes que combinan el estimulo sonoro y táctil ayudan indirectamente al bebé a construir las categorías mentales de causalidad.
Los juguetes especialmente diseñados para apilar y encajar, contribuyen a que el bebe construya las nociones de espacilidad, estimularán además su destreza y su motricidad.
A medida que el bebé crece, sus habilidades y aptitudes mentales se reflejarán en los juguetes que estimulen su imaginación. Al princpio le interesarán los sonajeros que se sotienen de pie y que pueden golpearse. O los "gimanasios" que ofrecen varias versiones de móviles colgantes con objetos llamativos que despertarán todo su interés por explorar. Las mantas didácticas también son una alternativa adecuada.
A los seis meses, cuando la capacidad de manipulación del bebé es mayor, serán intersante objetos blandos que puedan apilarse, ya más grande, los bloques duros serán más convenientes para que el bebé pueda explorar armando estructuras más complejas.
Rompecabezas, juegos con botones y otros juguetes que representan un desafío para el bebé, son muy aconsejables para favorecer el desarrollo. Lo más importante es, sin embargo, la variedad, que lo mantenga alerta y permanentemente estimulado.