El desarrollo del bebé es un proceso continuo, por momentos puede avanzar más en unas áreas que en otras pero nunca se detendrá del todo. Por otra parte, el ritmo de desarrollo nunca será igual: cada niño tiene su propio ritmo. Las edades que se sugieren son siempre estimaciones, promedios.
El desarrollo depende siempre de la maduración del cerebro, del sistema nervioso y de otras partes del cuerpo. Podrá observarse además que el desarrollo se inicia siempre desde la cabeza hacia los pies. Por ello es que le primer paso para aprender a caminar es controlar la cabeza, y la última etapa la de sostener el equilibrio sobre los propios pies.
Mucha habilidades se exapenden a medida que el entendimiento general va en aumento. Y son factores determinantes para estsas expansión, el entorno que rodee al bebé.
Pero estimular a un bebé no significa hacer del pequeño un superdotado ni que alcance prematuramente las diferentes etapas madurativas. No se trata, pues, de presionar al niño, lo cual podría ser, incluso, muy dañino. Significa, por el contrario, apoyarlo en cada uno de sus logros, de manera tal que el bebé vaya madurando en un contexto propicio, atractivo y estimulante, pero también afectivo. En síntesis, lo que necesita un bebé es que se le ofrezca, incondicionalmente, seguridad y cariño.