Para un recién nacido, el moisés es la mejor elección, pero más tarde, necesitará más espacio. El mercado ofrece variadas alternativas, que van, desde cunas tradicionales, hasta cunas funcionales (que luego, retirando los barrotes se convierten en camitas y cunas viajeras (practicunas, o cunas plegables), las cuales siendo de género con estructuras de plástico y metal, son fáciles de trasladar e incluso pueden ser utilizadas como corralitos.
Los bebés suelen adquirir una rutina estable de horas para el sueño y la vigilia durante los primeros meses de vida. Por eso, un bebé "dormilón" durante el primer año de vida, probablemente continuará con este hábito durante el segundo año.
En algún momento de los primeros doce meses, el niño va a comenzar a dormir de una sola vez una cantidad considerable de horas nocturnas, esto probablemente se acentue a medida que el bebé adquiera mayores destrezas físicas y realice un consumo de energía más importante durante las actividades diurnas. Esto se advierte, por ejemplo, cuando el pequeño comienza a gatear.
Si el bebé se despirerta antes de que ud. se vaya a a dormir, puede ser buena idea pasearlo o mecerlo. A menudo, los bebes que duermen pocas horas, necesitan estímulos y no está mal satisfacer esta demanda. Ofrecer juguetes en la cuna, cuando el bebé es más grande, probablemente lo ayudará a conciliar el sueño de manera autónoma.
No obstante, más allá de la personalidad particular del pequeño, el insomnio puede deberse a causas tales como:
La temperatura: puede que el bebé no esté a gusto y sienta frío... o calor.
El pañal: un bebé mojado puede estar incómodo, o incluso puede estar sufriendo alguna irritación a causa del pañal.
Los cambios de rutina pueden afectar el ritmo de sueño el pequeño.
A medida que el bebé crece, reclamará una mayor atención a la hora de acostarse. Cantar una canción, leer un cuento o realizar alguna rutina tranquila puede ayudar a crear un clima de serenidad que favorezca la conciliación del sueño.