El control de intestinos y vejiga en las niñas suele comenzar antes que en los varones. Del mismo modo, todo el proceso termina también más precozmente.
Una señal de que la vejiga comienza a madurar es cuando la nena hace algún gesto para indicar que es conciente de que elimina la orina. En esta etapa aún no hay señales de control intestinal.
Al rededor de los dos años, la nena puede pedir evacuar los intestinos aunque no puede avisarlo con mucha anticipación. A medida que pasa el tiempo, puede solicitar ir al inodoro. Es un momento oportuno para utilizar bombachas de entrenamiento.
La nena alcanza primero el control de los intestinos, puede permanecer limpia día y noche, tal vez con "accidentes esporádicos". Permanece seca primero durante el día y hacia el final de la etapa, durante las horas nocturnas. Los "accidentes" se va espaciando progresivamente.