Los bebes prematuros o de bajo peso no están aún preparados para vivir fuera el útero y por lo tanto pueden presentar los siguientes problemas:
Debido a la inmadurez de sus pulmones, los bebés prematuros y con peso escaso, corren el riesgo de tener dificultades respiratorias conocidas como el síndrome del agotamiento respiratorio (SAR). El tratamiento con un surfactante ayuda a disminuir el SAR.
El sistema inmunológico, poco desarrollado y un organismo demasiado débil para defenderse adecuadamente, indica que existe un mayor riesgo de infección.
El control de la temperatura de un bebé prematuro es ineficaz. Es posible que el bebé tenga demasiado frío o demasiado calor. El pequeño tiene menos aislamiento término porque carece de una capa de grasa corporal suficiente por debajo de la piel.
La inmadurez del sistema nervioso da cuenta de un desarrollo precario de los reflejos lo cual tiene consecuencias importantes en la alimentación. Por ello, algunos bebes de bajo peso deben ser alimentados a través de tubos.
El estómago de un bebe prematuro es pequeño y sensible, siendo menos capaz de conservar el alimento. El vómito es pues, muy frecuente. La inmadurez de su aparato digestivo impide que pueda digerir las proteínas esenciales, razón por la cual estas deben ser administradas artificialmente.